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Maniobra de Conocimiento.

Madeco, Monzón, 7.9.2013

 

Bien,

Buenas tardes

 

Madeco, se traduce como  maniobra de conocimiento.

En este caso, intentar ligar un discurso… para encontrar algún sentido en lo que vivimos.

Al final del verano uno cuenta sus batallitas. Adonde ha ido, qué ha hecho…

A mí, en concreto,  me han pasado más cosas buenas que malas.

En este lapso de tiempo, muchas más buenas que malas.

 

Este verano he utilizado dos cuadernos de notas. Uno de tapas azules y otro de tapas negras. Estos colores no tienen ningún significado especial para mi.

Un profesor me contó hace tiempo, que los griegos contaban los acontecimientos positivos con piedras blancas y los negativos, con piedras negras. Y de ahí viene la palabra cálculo. De esa estrategia de representación… vamos a decir… simplista…

Pero mis cuadernos de notas, sean de tapas azules o de tapas negras recogen reflexiones, ideas, ocurrencias de las que uno espera sacar algún provecho, o simplemente reseñar algo de lo que sucedió en esos días en los que se tiene el cuaderno al alcance de la mano.

Así que, para vuestra tranquilidad, no voy a contar lo que he hecho este verano,

sino algo de lo que he pensado a partir de las experiencias vividas.

 

En todo caso,

¿Es que se puede hacer otra cosa?

 

Uno puede pensar que el conocimiento es eso: apuntar cosas en el cuaderno,

pero no es eso.

Personalmente llevo apuntando cosas casi toda mi vida, tengo mi casa llena de cuadernos y hojas, y mi conocimiento es, por el momento, bastante básico.

Así que no creo que se pueda establecer una relación directa entre

Cuaderno y conocimiento.

 

Sin embargo, el que se coloca en esta posición tiene algo que decir, claro…

 yo lo que tengo que decir, en primera instancia es mi dificultad para tener algo que decir...

No, eso es mentira. Si no, no estaría aquí.

A mí por ejemplo, el uso de los cuadernos, me sirve para articular preguntas… por ejemplo, preguntarme qué es el conocimiento…

pero vamos a ver…

El conocimiento no es nada.

O, mejor dicho, No es algo… que pueda decir… ¡Ahí viene el conocimiento! Abrid las puertas para que entre montado en su caballo blanco!!.

O ¡Aquí tengo el conocimiento guardado en esta cajita!!

 

Hablar de un concepto, tiende a personificarlo, a ponerle cara,

Cuando, en realidad, se trata de  un fluido que deja poso, o un músculo que se ejercita. Y a cada cual le salen los músculos un poco diferentes… o se le atrofian, o se le quedan flácidos…

 y luego está la cuestión de para que se usan. Están los músculos de gimnasio y están los músculos de deportistas, y están los músculos de los aventureros de la selva, y están los músculos de los normales que buscan o van al trabajo.

Me he ido.

Retomemos el hilo.

aquí os voy a plantear algunas preguntas, algunos aprendizajes que he hecho, y algunos otros que debería hacer:

 

La primera pregunta es

 

¿Qué tiene que ver ud con la mosca de la fruta? ¿Qué tenemos que ver todos nosotros?

(Esta pregunta me la hice volando, como debe ser)

Volaba de Munich a Madrid con una camisa de cuadros, con mi hijo al lado, con pantalón de cuadros y camisa de cuadros también. Una mala combinación, pero el tiene la sabiduría de los doce años en las que esos temas le resultan irrelevantes.

Lo que si considero relevante y traigo a colación es lo que tenía escrito en el cuaderno azul donde ahora escribo volando (en cuanto a altura y en cuanto a prisa)

Tenía escritas varias cosas en la página anterior, pero esta aparece de forma subrayada:

                   “observar con amor”

 

::: puede parecer eclesiástico, de la facción progresista de la iglesia

Pero yo lo escribía como una necesidad

Como una tarea a realizar

Es que me parece que miro con poco amor…

Pienso sobre el amor, o sobre la ausencia del mismo… pero miro con poco amor… Mirar con amor a las paredes, a las cosas, a las personas, incluso a aquellas de las que no estás enamorado…

 

Así que os propongo, aquí y ahora, que miréis con amor, dos minutos.

Podeis mirarme a mí, que os lo agradecería mucho, o entre vosotros…

Ya…

 

Gracias,

¿qué tal?

No es una tarea fácil. Al menos para mí. Por eso aparecía subrayada en mi cuaderno.

¿Qué es lo que yo hago para intentar mirar con amor?

  • Evitar parpadear

  • Me hiergo

  • Sonrío levemente

  • Intento quitar todas las preocupaciones, temores, rozaduras, resquemores

  • Y observar con limpieza…

Esto es muy difícil.

Todo ello acompañado de una respiración profunda, pero que suele ser sólo una inspiración y luego vuelvo a la respiración residual que se produce habitualmente mientras tienes la cabeza en otro lado.

Por ejemplo. Me viene a la cabeza Tarkovsky, o pienso en alguna persona que te ha revuelto las tripas…

Pero no quiero hablar ni de Stalker ni de mis asuntos demasiado particulares…

 

En la siguiente página encuentro la siguiente pregunta:

 

¿Qué nos contamos mientras pasa el tiempo?

(pausa)

 

Infinidad de cosas, sin duda,

Pero yo os voy a contar una que, a partir de empezar la lectura de este libro, a mi me ha resultado muy significativa en estos últimos días…

(para entenderla previamente necesito de vuestra colaboración. Vamos a contar los 60 segundos de un minuto)

Lo más importante para la configuración del universo, tal  como le conocemos, ocurrió medio segundo después del big bang.

Teniendo en cuenta que eso ocurrió hace trece mil millones de años…

En fin, la proporción es impresionante. Y lógicamente, hace pensar que el valor del tiempo en la escala humana, es un asunto sólo de la escala humana.

 

Pero detengámonos, no medio segundo, sino unos minutos… (no vamos a organizar el universo, sino algunos pensamientos de los que estamos aquí…)

13.000.000.000 es un número que se puede escribir bien. No es tan disparatado. Es una cifra comprensible.

Yo tengo 54 años, por ejemplo.

Y me puedo poner en relación con esa cifra.

Me puedo restar para saber cuánto tiempo ha existido el universo sin mí.

12.999.999.946 años.

Ese es el tiempo que ha existido el universo sin mí…

Bueno, esa cifra me coloca en una posición desde la que considero que mi responsabilidad en relación al estado actual del universo es bastante limitada.

Ocupo mi lugar. Estos años… los que sean… y desaparezco.

También me puedo sumar, y decir, sin temor a equivocarme,

Que el universo existe desde hace 13.000.000.054años. Me incluyo en la duración del universo y así, desde esa misma posición, podríamos incluirnos todos. Cada cual con su suma.

Nos colocamos en esa fila, en esa hilera…

Es interesante evidentemente interesante el concepto del Big Bang, el gran Bang, es algo como el gran Plaf, el gran Bluf, …se está describiendo un sonido.

Y en este sentido, quizás nosotros no seamos más que sonido. Ruido en muchos casos.

A mi me gusta pensar que cada cual aporta una tonalidad.

Por ejemplo, si todos decimos AAA, cada aaa es diferente, es una orquestación…

Probemos;

Gracias,

 

Venimos de una secuencia interesante:

Desde ese sonido, esa explosión de hace trece mil años, no se sabe dónde. Podría decir que aquí, por ejemplo, pero sería engañarnos. Este planeta, con corteza, tiene sólo ….. mil millones de años.

Venimos de una secuencia:

Quarqs… protones…neutrones…electrones… hidrógeno y helio… estrellas… agua… bacterias…unicelulares… pluricelulares… y aquí estamos… herederos del big bang. Rellenos de estrellas, de bacterias y de virus.

 

Uno no sabe cómo se apañará mañana, pero la perspectiva de que nuestras células arrastran una carga genética que viene dando vueltas desde hace 12.999.999.946 años, debería tranquilizarme.

No somos habitantes de Monzón, de Palencia..

Somos habitantes del universo. Esa es una realidad indiscutible, que todos deberíamos asumir y ver qué pasa…

(pausa)

¿cómo se sienten? ¿Han ensanchado?

 

En la anterior página de mi cuaderno, hablo de un descubrimiento, que yo, con mis propios medios, he realizado este verano… No lo he sacado de los libros, sino de mi propia experiencia..

Lo voy a hacer público aquí, en Monzón, en este lugar del universo

Espero que lo sepan tratar con toda la atención que sean capaces: atención!

Sólo los objetos viven en el presente, sólo los objetos viven en el presente.

Mi experiencia real, lo confieso, es que yo no vivo en el presente.

Yo prácticamente no vivo en el presente.

Desde afuera podéis pensar que sí, me veis aquí, ocupando esta posición, pero desde dentro mi experiencia está cubierta  de pasado y de futuro.

Estoy pensando qué tengo que decir en el siguiente renglón,

Y cómo ha ido la frase anterior

El presente se mezcla con pasado y futuro, disolviéndolo.

Intento hacer presente mi pasado para preveer mi futuro, y mientras los objetos ahí, tranquilos, constantes. Calladitos, inmersos en presente, buceando

Acumulando polvo y presente. Siempre presente. Incluso si se rompen, se pueden transformar, pero están en el presente.

 

¿Podríamos aprender presente de los objetos?

No se trata de observar el objeto o pensar en él.

Digámoslo de otro manera, los objetos tienen la energía del presente. Se trata de conectar como un enchufe con esa corriente. No con el objeto recuerdo. No con el suvenir de nuestra vida que es más mente que objeto. La mente vive en el pasado y a ratos puede respirar en el presente. Es como seres anfibios… de 90% inmerso en el pasado, 10% respirando el aire fresco del presente.

 

Vamos a intentarlo respirar presente. Un segundo, diez segundos, un minuto…

Gracias…

 

Paso página, en la siguiente página tengo subrayado justamente, la idea de “la conciencia inútil”.

No sé qué significa exactamente, pero es descabellado suponer que en el universo este que habitamos la única conciencia que exista sea la nuestra y su utilidad es… cuestionable?

 

Esta frase estaba al final de una serie de notas de una conferencia a la que asistí   fuera de nuestro querido país, en Hamburgo, en un ciclo que se titulaba  “the real world”.

Un bonito título que tiene que ver con lo que aquí ocurre.

A mi hijo le hacía escribir en Agosto sobre la realidad, porque consideraba que por su propia voluntad ocupaba el noventa por ciento de su tiempo en cuestiones fantasiosas… Lo que hacía entonces era describir lo que le rodeaba. En la mesa, en las estanterías…Cosas mucho menos apasionantes que Naruto o los X men.

 

Concluyamos pues:

Esta secuencia de acontecimientos me permite concluir de la siguiente manera que espero resulte de interés para este amable público, y a mí me tiene que servir como cierre de este período estival tan rico en estímulos..:

En el mundo real, el tiempo es sólo un problema de la conciencia, tal y como la ha desarrollado este animal, tataranieto de una bacteria,  que en términos generales, debería mirar las cosas con más amor.

 

Muchas gracias.

 

 

PD:

No tiene sentido para vosotros que me formuléis preguntas, porque yo he venido aquí a plantear preguntas y no sabría responder las vuestras. Pero hay dos cosas que he descubierto, no en el verano cuando escribía en mi cuaderno, sino la semana pasada, cuando preparaba esta madeco.

Una es que leí en un cuento de Cesar Aira, la expresión de una “molécula vieja”, y me hice la pregunta de cuánto vive una molécula, algunas se transforman, pero otras podrían seguir siendo las mismas desde hace miles de millones de años…

Alguna de nuestras moléculas podría ser del big bang, de este suelo, alguna molécula de hidrógeno… esto me parece significativo…

 

Y la otra idea es que hay una teoría que dice que antes del big bang y de la nada previa al big bang, hubo otro big bang que acabaría por implosionar, por hacerse nada.

Así que para concluir esta simpática reunión os propongo, realizar aquí otra especie de big bang, para promover la configuración de otro universo en los siguientes segundos,

Preparados,

A la de tres, con todas nuestras fuerzas podemos gritar bang,

Uno dos tres,

Bang

 

Gracias.

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