top of page

CIRCO INTERIOR BRUTO  1999 - 2005

27907797_1568972089806510_5905056103145126722_o.jpg

Crónica desde  más allá.

El Circo Interior Bruto interpreta Prometeo Encadenado.

15,16 y 17 de febrero de 2018.

Teatro Pradillo. Madrid.

 

 

Ninguno de nosotros sabe exactamente por qué nos hemos reunido doce años después para hacer otra función del Circo Interior Bruto. Ni siquiera yo.

La clave de la frase anterior es la palabra "exactamente". Es una palabra poco apreciada entre nosotros pero, apareciendo en la primera frase de este texto, enunciada como negación,  sirve para desdibujar los márgenes de la idea.

La idea principal de este texto consiste en ofrecer algunas impresiones de lo que ha ocurrido entre octubre de 2017 y febrero de 2018 para el desarrollo y presentación del Prometeo Encadenado, a cargo del Circo Interior Bruto.

Las impresiones principales, desde mi punto de vista, las puedo dividir en cuatro categorías:

Impresiones térmicas

Impresiones emocionales

Impresiones mentales

Impresiones icónicas o imágenes en general, principalmente generadas a través de los móviles, y en cierta medida, de la memoria

Y, para hacer honor al título, a la perspectiva, impresiones del más allá.

 

Impresiones térmicas:

 

Jesús Acebedo, Belén Cueto, Marta de Gonzalo, Fran Winberg, Rafael Suarez, Jaime Vallaure, Kamen Nedev, Publio Pérez Prieto y Rafael Lamata, emiten calor.

Cada cual el suyo. Diferente pero real. Y ese calor configura una atmósfera, un clima.

Prometeo Encadenado se presentó tres días. El jueves 15 , el viernes 16 y el sábado 17 de febrero de 2018.

Podría decir: El jueves se relató el Prometeo, El viernes se cuajó el Prometeo y el sábado se jugó el Prometeo.

Me temo que simplifico. Hace un tiempo que no practico “la crónica”.

Pero ¿es que acaso se puede hacer otra cosa? ¿Es que se podría dar equivalencia entre unas líneas y una experiencia colectiva? ¡Ni de guasa! ¡Eso ya lo sabemos desde el principio!

Pido perdón. En todo caso quiero decir que cada uno de los días percibí una temperatura  diferente, tanto en la suma como en las partes.

Obviamente. Casi siempre es así.

Puedes no ver, ir ciego, porque ya no hay nada que anticipar del futuro. Puedes evitar someterte a las leyes de la gravedad... pero la temperatura está ahí.

En todo caso, quiero decir que las personas que integran el CIB, a mí me dan calor. Cada una de esas personas. Y el calor es una metáfora del alma. ¿Por qué? Porque es invisible pero determinante para la vida. No, no soy creyente, pero mi experiencia me dice que el calor de las personas constituye climas irrepetibles, y el Circo Interior Bruto es un clima físico y mental distinto a la suma de sus partes. Y esto se vivió a lo largo del proceso de gestación de la función, y en su ejecución... un poco el jueves, mucho el viernes y mucho el sábado, independientemente de la exactitud de lo que se hiciera.

 

Impresiones gastronómicas:

 

Es obvio que un espectáculo es un cúmulo emocional que se ofrece en una bandeja.

Las mezclas emocionales y las bandejas son infinitas, de manera que la cultura culinaria es fundamental para valorar las impresiones de un espectáculo, de dos espectáculos, o de tres espectáculos, como es este caso.

Es obvio que todos cocinamos.

A estas alturas, todos hemos cocinado para nuestra familia, para nuestros amigos o para una misma. Y cuando te ofrecen un plato de comida, lo mínimo que se espera es que te digan: gracias. Aunque esté salado para tu gusto.

Escribir una crónica desde muy dentro tiene la dificultad de que se te mezclan los sabores de la cocción de los platos y de cuando los sirves. Los anfitriones casi nunca degustan la comida como los invitados... Es más, debo confesar que yo no probé el caldo de pollo. Pero independientemente de las circunstancias personales, el Circo Interior Bruto es un ejercicio de confianza. Como una paella. Y cualquiera sabe las dificultades que conlleva preparar tres paellas para trescientas personas. Y más aún, de la dificultad de cocinar tres paellas para trescientas personas, entre siete cocineros y dos cocineras, como mínimo.

Un día el grano está duro, y otro día uno recuerda la ortodoxia valenciana, y otro día hay verduras que jamás debieran estar allí, hay pedazos de manzana entre el arroz, etc. Pero no importa, porque la paella es un ejercicio de confianza y una mezcla emocional que recoge los ingredientes visibles y los invisibles. Quiero decir, la paella sabe mucho mejor si una está presente mientras se hace. Eso facilita la trama emocional. El diálogo de gustos. El jueves, el viernes, el sábado y los tres meses desde que se tomó la decisión de hacer una función del CIB.

Yo he saboreado todo ese proceso.

 

Impresiones mentales:

 

¡Qué bien se adaptan las letras a la mente!

Parece que las líneas con letras sean pensamientos. Y el CIB está cargado de pensamientos. Porque doce cabezas sumaban mejor que una. O porque la suma de las partes multiplica a cada una por nueve... Porque al final las letras corren desparramadas en todas las direcciones. Explotan, se salen del libro y se suben por las paredes. Se meten en la olla del caldo. Acaban en el water. Se soplan por la tuba. Bajan y suben por la escalera, son manzanas que caen y que el coro intenta encajarlas en la pantalla de sus móviles,.. Pero, no da igual lo que se diga, en absoluto. El significado baila entre tantas letritas. El significado se mete por los ojos, las orejas y las narices de las personas que observan, mejor dicho, que rodean, mejor dicho, que protegen todo lo que ahí está ocurriendo. El público protege el significado porque en ello le va la entrada.

Así que las impresiones mentales se mueven en todas direcciones, se generan dentro y fuera de estas nueve, diez, doce personas, o de estas trescientas nueve personas. En concreto, en estos tres días, esa trama, ese conjunto de trescientas nueve personas,  configura la carpa mental del Circo Interior Bruto.

 

Impresiones icónicas:

 

De esto no hay nada que decir.

Mirad las fotos.

Ninguna sirve para entender la experiencia.

Ni siquiera para explicar lo que cada uno realmente vio.

 

 

Impresiones desde más allá:

 

Después de doce años, por fin,  he entendido cuál es el método con el que opera el Circo Interior Bruto… ¡Por fin hubo payasos! ¡Me encantan los payasos!

En serio, vuelvo al método. Es obvio que estaba en su nombre, pero ya sabemos que lo más evidente es lo más oculto.

La clave de los trabajos es que te muestran, el CIB te muestra, el interior de Prometeo. Por eso las letras quedan en las paredes. Porque vamos adentro. Abandonamos la superficie del libro. Como cuando el público entra en la sala al principio del espectáculo:

Pasen adentro. Pasen y vean. Pasen y sientan. 

Así se ha hecho. Pasamos adentro. Donde el tiempo se rompe. Donde la narración se descuartiza con la carne. Tú estómago puede ser más o menos atractivo, pero siempre intenta convertir lo que comes en sangre, en vida. El CIB es antropófago, se come a la gallina. Se come a Prometeo para convertirlo en vida. En tu vida. Aquí radica su brutalidad poética.

Los forzudos son de mentira. En general los integrantes del CIB son personas bastante educadas... Así que se comen lo que les pongan en el plato, sea una tragedia o una gallina. Y hasta sacan provecho de los restos, de la defecación.

El CIB, como señalaba su camiseta, su logo, es un aparato digestivo, es una herramienta de aplicación de ácidos para transformar materiales en experiencias vitales y desplazarnos un poco más allá.

Así que, más allá, ¿por qué nos hemos reunido después de doce años?

No lo sabemos exactamente, yo no lo sé, pero sé que las nueve personas que han podido participar en este montaje, se han desplazado un poco más allá, en este caso más cerca del relato de los dioses, mascando cadenas, para acercarse un poco más a ese más allá, que para mí es un más acá. Para celebrar un banquete y levantar la carpa, levantar el clima, digerir materiales y que pudiéramos disfrutar todos.

Yo al menos he disfrutado como una enana.

Muchas gracias.

 

 

 

PD:

El Circo Interior Bruto es un colectivo de creación fundado en 1999 por Jesús Acebedo, Belén Cueto, Marta de Gonzalo, Fran Winberg, Rafael Suarez, Jaime Vallaure, Kamen Nedev, Publio Pérez Prieto,  Rafael Lamata, Luis Naranjo, Eduardo Navarro y Teresa del Pozo.

bottom of page